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La ocupación de Figueres. Historia de un proyecto


Hace un año presentamos Patrimoni, una instalación con la que se conmemoraba un hecho bélico, la ocupación de Figueres por el ejercito franquista, el ocho de febrero de 1939. Se trataba de un encargo de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de esa ciudad, que se enmarcaba dentro de los actos de la Capitalidad Cultural Catalana, 09. Voy a explicar en esta entrada como llegó a realizarse este proyecto.

En 2008 fuimos, junto con Xavier Mulet a montar una exposición de grabados de Chillida en el Museu de l’Empordà. Desde hace ya un tiempo, le suelo echar una mano al Sr. Mulet en estos menesteres. Allí caí en la cuenta de que existían unas fotos de Albert Louis Dechamps realizadas poco después de la entrada de los militares en la ciudad. De vuelta en casa, me bajé las fotos.

Así, cuando volvimos para desmontar los grabados, me llevé unas hojas impresas con esos contactos. Con la ayuda de Anna Capella, directora del museo, pudimos ubicar las imágenes sobre el plano. Después de desmontar los grabados, volvimos a tomar esas fotos. Mejor dicho, las tomaba Xavier con su Lúmix.

De vuelta en casa monté las fotos de Deschamps sobre las que habíamos hecho nosotros y edité la peli que encabeza esta entrada. Después hice un dossier explicando el proyecto. Se llamaría Ocupació y consistiría en colocar todas esas imágenes – no eran muchas, 10 o 12 –, a gran tamaño – entre 2,5 y 3 metros de alto – en el mismo lugar donde Deschamps las había obtenido. El título hacía alusión a la ocupación que hacían las piezas del mismo espacio que representaban. Pero también apuntaba a la analogía entre esta ocupación y la ocupación militar que propició la instauración de una nueva autoridad en Figueres y en todo el Estado. Montse Herrera, quien también llevó la producción ejecutiva de Runa, nuestro anterior trabajo, se encargó de elaborar el presupuesto.

Con todos los deberes hechos, Anna Capella nos dirigió a Ciro Llueca, Concejal de Cultura del Ayuntamiento, para proponerle la idea. Concertamos una reunión. Quedó impresionado por la película. Creyó más oportuno incluir Ocupació dentro de la programación de los actos de conmemoración de de la última reunión del Parlamento Español en el castillo de San Ferran, poco antes de exiliarse. Estaban previstos para febrero de 2009. Finalmente no pudo ser.

Cuando ya pensaba que esa idea se quedaría en un cajón, una llamada a Ciro Llueca me alegró. Creo que le telefoneé porque quería que viese Runa, que entonces estaba expuesta en Barcelona. Me dijo algo así como “¿Que te ha parecido la propuesta que te han hecho?.”, “¿Propuesta? ¿Que propuesta?”. Por lo visto mi llamada se había colado entre otras dos. Al cabo de nada me llamó Maite Oliva. Comisariaba una iniciativa que se programaba dentro de otros actos, esta vez, la Capitalidad Cultural Catalana. La cosa consistía en exponer en la calle la obra de doce artistas. Uno cada mes. Había visto el proyecto de Ocupació y me ofrecía exponerlo dentro de este contexto, durante el mes de febrero. Me tenía que ajustar a unas condiciones. Se trataba de exponer las fotos en seis estructuras cuadradas, de 180cm de lado, que mensualmente se ponían a disposición de los creadores.

Naturalmente, acepté el encargo en esas condiciones. Las fotos de Deschaps son cuadradas, y el tamaño propuesto era menor que el previsto, pero todavía permitía que las fotografías te mirasen a la altura de los ojos. Así podían hablarte de tu a tu. Tenía que decidir qué seis fotos se exponían, las ubicaciones y qué información iba en el reverso de cada imagen. En seguida nos pusimos a trabajar. Fuimos con Olga Marín, quien siempre me ha ayudado con la producción de estos trabajos, para calcular las ubicaciones exactas de todas las opciones. Con la ayuda de esas coordenadas y unas previsualizaciones fotográficas de cada una, dí con la combinación más apropiada de fotos y lugares. Los textos que acompañarían las imágenes en los reversos sería una citación textual del área de contenido de la ficha de cada foto. Este texto está elaborado por el personal del archivo donde se conservan, que por entonces había cambiado su denominación de Archivo General de la Guerra Civil por la de Centro Documental de la Memoria Histórica.

La instalación también estaba cambiando de nombre. Ya no se iba a llamar Ocupació como en un principio había planeado, sino Patrimoni. Este título me pareció mas interesante porque aludía al hecho de que estas fotografías forman parte del patrimonio del Estado. Se adquirieron a Emmanuel Sougez, padre de la historiadora Marie Loup Sougez. Se pueden consultar en Salamanca, en la sede del actual CDMH, o en internet, a través del portal PARES. Patrimoni también alude a que los hechos representados en estas fotografías forman parte del patrimonio del mismo Estado.

Patrimoni se inauguró con un frío que pelaba el 5 de febrero de 2009. Gracias a todos.


Patrimoni. Calle Monturiol esquina con Muralla

“Entrada de la caballería marroquí en Figueras. Entrada de la caballería mora por una calle de Figueras. Uno de los dos primeros lleva la bandera. Se disponen a doblar una esquina. Detrás de ellos hay un camión. Al fondo soldados a pie.”
(ES.37274.CDMH/1.40.3//FOTOGRAFIAS-DESCHAMPS,FOTO.27)

El Teatro Museo Dalí de Figueres se inauguró en 1974. Había sido construido sobre las ruinas del Teatro Municipal, que había ardido al final de la Guerra Civil. Al parecer, las tropas moras que allí se alojaban, se habían dejado el fuego encendido después de cocinar. Por cierto, esta circunstancia propició que el museo lo financiase, en su mayoría, el Ministerio de Vivienda, con fondos de la Dirección General de Regiones Devastadas.
La fotografía de Deschamps recoge el momento en que la tropas moras giran por carrer Ample.  Esta calle lleva al teatro que, poco después, arderá. A la izquierda de la imagen, la casa natal de Dalí. Parece que Deschamps ha accionado el obturador en el momento de iniciarse una carambola.

Detalles. Historia Natural de Figueres

Episodios de la Guerra. Cosecha de Muerte. Gettysburg, julio de 1863. Thimothy H. O’Sullivan. Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.

“Lo más sorprendente, a parte de su progresivo hinchamiento, es la cantidad de papeles esparcidos alrededor de los muertos. Su postura final, antes de un eventual entierro, depende de la localización de los bolsillos en el uniforme. En el Ejército austríaco, estos bolsillos están en la parte trasera de los bombachos y los muertos, al poco tiempo, yacen todos boca bajo, con los bolsillos traseros del revés y, esparcidos a su alrededor, en la hierba, todos los papeles que habían contenido.”
Ernest Hemingway. Una Historia Natural de los Muertos.


En las fotografías de Deschamps, Figueres tiene el aspecto de los alrededores de un soldado muerto.
Figueres
. Albert Louis Deschamps (CDMH)
ES.37274.CDMH/1.40.3//FOTOGRAFIAS-DESCHAMPS,FOTO.31.

Lo hemos visto en las entregas anteriores de los detalles de la serie Patrimoni, y lo volvemos a ver en esta. La última, por cierto. Las calles están sembradas de objetos sin valor y papeles. En esta fotografía, fuera del cuadro y tras el fotógrafo se encuentra el Ayuntamiento. Seguramente estos papeles han salido de allí. Bien, en cualquier caso, no han salido solos. De hecho, parecen dibujar un rastro que se pierde por la izquierda de la imagen, en dirección a Francia.

Al fondo, un anciano avanza hacia nosotros. Un niño le adelanta corriendo. Falta una tercera persona para completar un cuadro casi bíblico de tres generaciones. A estas alturas debe estar huyendo, preso o muerto.

Unas mujeres y unos niños se asoman a un balcón. El infantil aburrimiento con que los niños se apoyan en la baranda da a la escena un sorprendente carácter de normalidad. No obstante, se sigue echando en falta un fugitivo, un cautivo o un difunto.

Sobre ellos, un agujero recuerda que les ha ido de poco.

Una casa reventada, como el bolsillo trasero de un uniforme austríaco. En el interior aun cuelgan dos cuadros. Por el tamaño podrían ser fotos. Su presencia daría para iniciar una descripción dramática, pero el batiente de la puerta, aún en su sitio, da a todo un aspecto mas bien grotesco.

Un camión acaba de pasar ante lo que faltaba de la casa, convertido ahora en una montaña de escombros. Va en dirección a la Jonquera, seguramente al puesto fronterizo de El Pertús, a recoger el contenido abandonado de más bolsillos reventados. Pero se ha detenido. La puerta abierta del conductor así lo indica.

Al principio de la carretera, en la Rambla, había un surtidor de gasolina. Había otro más adelante, al final de una cuesta. Antes de llegar allí estaban las pilinguis. A veces algún camión se quedaba sin gasóleo antes de llegar al último surtidor y tenía que pedir ayuda a aquellas señoritas para que le empujasen. El anciano que mira la imagen, en esta foto, aun se debe reír cuando lo recuerda, como se reía mientras me lo explicaba.

Detalles. Reparto de Víveres

Reparto de Víveres. Albert Louis Deschamps (CDMH)
ES.37274.CDMH/1.40.3//FOTOGRAFIAS-DESCHAMPS,FOTO.28.

Volvemos a Figueres con la penúltima entrega de la instalación Patrimoni. Esta vez, nos vamos a pasear por la fotografía tomada frente al actual Museu de l’Empordà, en la parte baja de la Rambla. En ella, un grupo de personas hacen cola a la entrada de un local. En lo que queda del toldo podemos leer “Gran Café de...” Frente a la entrada, un camión estacionado cargado con sacos.

El toldo del café está hecho jirones. Al lado, a través de una ventana, se adivina el interior agitado de una vivienda. Son rastros del arrebato que acompañó la salida de la ciudad de un Estado en desbandada y del desamparo con el que la misma ciudad recibió al nuevo Estado conquistador. Estos indicios arman a la fotografía con la fuerza necesaria para actuar como una metáfora, casi una alegoría, del estado con el que los ciudadanos habían afrontado los dramáticos hechos que, en aquel momento, ya habían padecido, así como los brutales cambios que les esperaban.

Falta un trozo del letrero del lateral del camión. Debería decir “Auxilio a Poblaciones Liberadas” y, junto a la bandera del nuevo Estado y la de Falange -el partido único-, debería figurar el yugo y las flechas, símbolo de ese partido.

En la puerta del camión, otro letrero intenta aclarar que el auxilio no sólo lo envía el partido, sino también el Estado, a través del Ministerio de Gobernación. Se trata de una confusión entre partido y Estado muy propia de la mayoría de gobernantes con bigote.

Un paisano con gorra y pipa, de las de fumar, descarga el camión.

Tras la cabina del camión, un cartel. Debe hacer alusión al Auxilio Social, pero no he conseguido localizarlo.

El cartel se refleja en la puerta interior del café. Pero nadie se fija. Todos están pendientes del camión.

Bien, casi todos. Una madre y su hija miran al fotógrafo y, a través de él, nos miran a nosotros.

Últimamente, cada vez más, vemos imágenes como esta fotografía por la que nos hemos paseado. Ahora son más próximas. Como las miradas de estas dos mujeres.

Supongo que el interés que tenemos por las fotografías como las que he utilizado en Runa y Patrimoni, no sólo se debe a que tratan unos hechos tan importantes, como no resueltos. Creo que hay un vínculo mucho más profundo entre las épocas retratadas en estas fotos y la época desde la que las observamos. Es el miedo. Un miedo íntimo a protagonizar imágenes parecidas.

Detalles 4. Bandera blanca

Volvemos a Figueres. Nos ocupamos ahora de la fotografía con referencia ES.37274.CDMH/1.40.3/FOTOGRAFIAS-DESCHAMPS,FOTO.022. Está tomada frente a la casa situada en la Rambla, junto a la calle Girona.

En la planta baja había una ferretería. En la planta pricipal, la consulta del Doctor Lluis Vila, dentisa. La información que se adjunta en el portal Pares, donde se puede consultar, indica que la casa fue bombardeada. Hoy, gracias a testimonios como el de Lluis Vila, nieto del dentista, sabemos que el edificio fue quemado como represalita por los republicanos, en su huida.


En los balcones de la planta principal pueden leerse los rótulos de la clínica del Doctor Vila.

En este rótulo chamuscado, apenas se puede distinguir una D, de dentisa, sin duda.

Junto al edificio, a la entrada de la calle Girona, un cartel ilegible y unos pedruscos en el suelo sirven para obstaculizar el acceso. Aquí comenzaba la carretera que llevaba a la Jonquera, la frontera. Por ahí, durante los días y meses anteriores, había ido pasando la multitud de refugiados, camino del exilio.

Sobre el cartel, en el balcón, una sábana hace de bandera blanca.

Por cierto, en este blog, escrito por Paco de Jerez, pueden ver una fotografía muy interesante. Está tomada en Alicante, frente al puerto, el 1 de abril de 1939. A primera vista, parece que podría tratarse de la última imágen de la guerra, pero un análisis mas meditado nos revela que está realizada durante las primeras horas de existencia del Estado español moderno.

Detalles 3. Las enfermeras del Café Excelsior


Una gran rama caída en medio de la Rambla. Seguimos con las fotografías de Albert Louis Deschamps expuestas en la instalación Patrimoni, en Figueres, en febrero de 2009. Esta es la que lleva como referencia FOTOGRAFIAS-DESCHAMPS,FOTO.020 en su archivo, el Centro Documental para la Memoria Histórica. No sabemos si la rama ha sido arrancada por efecto de una bomba, o si ha sido cortada para obtener leña.

En el extremo derecho de la imagen un hombre sentado al sol en un banco del paseo. Parece que está leyendo algo. Frente a él, otro hombre con cazadora y boina se gira hacia atrás mientras camina. Parece que lleva un cigarrillo en la mano. Entre ellos, una vagoneta volcada bajo el arco que aún forman unos cipreses.

Tras la gran rama caída en medio de la Rambla, un hombre pensativo sentado sobre un pedrusco. En la pared, el mismo cartel que ya había aparecido antes. Lo recuerdan?

A través de las ramas vemos, frente al refugio, un grupo de soldados. Es la tercera vez que aparece en esta serie de Deschamps.

Dos mujeres con delantales blancos junto a un hombre, a la puerta del Café Excelsior. Podrían tratarse de enfermeras. Es posible que ese café fuera convertido en hospital de campaña. Esto explicaría la presencia de tantos hombre uniformados y sin armas en la calle. Serían heridos convalecientes. Alguien se abrocha la chaqueta mientras camina Rambla abajo. Es la única persona que tiene una actitud decidida, de todos los que aparecen en esta fotografía.

A la izquierda de la imagen, un grupo de hombres, ante una construcción. Vamos a acercarnos un poco más.

Todos están ociosos, abrigados y desarmados. Alguien se dirige, distraidamente, hacia donde está el fotógrafo.

Prestemos atención a la construcción. Junto a ella hay una escalera para acceder al tejado. En él, un par de pilas de tierra. Sabemos, por manuales de defensa pasiva y por otras fotografías, que los refugios se solían cubrir con la tierra que se había extraído durante su construcción. Así se aumentaba el grosor de la protección ante un impacto. Este refugio se ha quedado a medias. En el extremo de la construcción, un objeto cuadrado con un círculo en el centro. Es un gran altavoz. No sabemos si había servido para avisar de las alarmas de bombardeo, o si ha sido instalado recientemente por las tropas conquistadoras. La escalera hace pensar más bien eso. En cualquier caso, anuncia el cambio hacia un nuevo estado de las cosas.

Detalles 2: Maneras de sujetar un cigarrillo


Otra foto de Deschamps en la parte alta de la Rambla de Figueres. Esta vez, la imagen está tomada desde otro ángulo. No sabemos cual de las dos realizó primero.

El hombre, que antes aparecía sentado solo, ahora está acompañado por unos soldados. Supongo que este personaje central también lo es. En esta nueva fotografía, podemos distinguir que no tiene un sólo bastón, sino dos. Posiblemente se trata de un herido. A su lado, un compañero busca algo en el bolsillo interior de su abrigo. Tras ellos, un soldado con chaqueta de cuero fuma apoyado sobre el muro del refugio. Acaba de soltar una bocanada de humo, a través de la que mira al fotógrafo.

En el otro extremo del grupo, otro soldado, con la misma indumentaria, mira también al fotógrafo -y ahora también a nosotros- con las manos en el cinto.

Entre ese grupo y el fotógrafo, otro soldado de aspecto desaliñado mira a algo fuera del encuadre, a la derecha de la imagen. Llama la atención la irregular uniformidad de los hombres y el hecho de que todos aparenten estar desarmados. Podría tratarse de un grupo de prisioneros custodiados relajadamente por los soldados con chaqueta de cuero.

Los cristales rotos y los balcones abiertos de algunas de las viviendas del fondo, dan cuenta de las duras vivencias de los últimos años.

El jefe de todo esto y, además, del Estado. A sus pies, despojos, producto del abandono o el saqueo, dan cuenta de los acontecimientos de los últimos días (por cierto, intenten distinguir una bota). Creo que este reencuadre es el más significativo de todos. Entre estos desperdicios del botín y el cartel hay una recíproca relación de causa y efecto.

Por la parte inferior izquierda, se cuela una mano que sostiene un cigarrillo. Existe una moda que rige la manera de sujetar un cigarrillo. Esta mano lo hace como solo se hacía entonces. Detrás, más papeles abandonados.

Detalles 1. Carteles no Pertinentes

Jan van Eyck. El matrimonio Arnolfini. 1434. National Gallery. Londres

“Para examinar las imágenes fotográficas de un cierto grado de perfección, es aconsejable que utilicemos una lupa grande, tal y como lo hacen los abuelos cuando leen. Esto amplía los objetos dos o tres veces, y, con frecuencia, revela una multitud de detalles diminutos que antes no se observaban, ni se esperaban. Además, sucede a menudo (y esto es uno de los encantos de la Fotografía) que el propio operador descubre, quizás mucho tiempo después, que ha delineado muchas cosas de las que no tenía ni idea cuando sacó la imagen. A veces se encuentran inscripciones y fechas sobre los edificios, o hay sobre sus paredes carteles impresos no pertinentes en absoluto. Otras veces se ve la esfera lejana de un reloj con la hora a la que se sacó la imagen, registrada inconscientemente.”
William Henry Fox Talbot. The Pencil of Nature. 1844

Estas palabras de uno de los inventores de la fotografía pueden sorprender a primera vista por su ingenuidad. Pero a mi me interesan mucho más por su vigencia. Están escritas en una época en que la fotografía no tenia ni de lejos la presencia tan notable de ahora. En la que las imágenes más difundidas estaban realizadas preferentemente por grabadores, dibujantes o pintores. Unos autores que, posiblemente no realizaban sus obras en el mismo lugar que representan -si estamos hablando de paisajes-. Pero en cambio, si que habían estado en cada uno de los milímetros cuadrados de la obra esparciendo sus trazos.

Recordemos la firma de Van Eyck en su retrato del matrimonio Arnolfini, Johannes de eyck fuit hic -Juan de Eyck estuvo aquí-, donde aquí no es el lugar representado, la alcoba de los Arnolfini, sino la superficie del cuadro que estamos observando. No hay sorpresas. El autor sabe que es lo que ha puesto en cada rincón del soporte.

La cosa cambia con la fotografía. El autor va con su cámara al lugar que retrata y allí aprieta el botón. Pero no coloca cada uno de los granitos de plata en la superficie de la imagen, ni, en la actualidad, esos pixels tan volátiles. El autor no es consciente de todo lo que ha dejado entrar en su imagen. Y mucho menos nosotros, los observadores. Por eso es necesario volver a ella provistos de una lupa.

Esto es lo que vamos a hacer con las seis fotografías de Albert Louis Deschamps que hemos expuesto en Figueres. Allí, y aun por unos días, no será necesario utilizar una lupa. Tan solo acercarse a los paneles y, eso si, agacharse un poco.

Tampoco será necesario aquí. Sencillamente os mostraré algunos de los detalles que he descubierto cuando he ampliado la imagen. Empecemos por la fotografía de referencia FOTOGRAFIAS-DESCHAMPS,FOTO.018 en su archivo, el Centro Documental para la Memoria Histórica.

En el centro de la imagen una persona mira al fotógrafo. Quizás es un soldado. No lo tengo claro. He visto algún abuelo descansando así, con una pierna cruzada sobre el cayado. En un balcon del fondo, una sábana. Podria tratarse de una bandera blanca, o los restos de un saqueo.

Soldados y civiles toman el sol sentados sobre lo que parecen escombros.

Una silla vacía. En el suelo podemos distinguir unas botellas también vacías. Alguien ha estado celebrando algo. En la pared un cartel nos recuerda la nueva situación y, quizás, el motivo de la celebración.

Es este.

The boss. No lo había olvidado. Este es el cartel que aparecía en el primero de los detalles. Alguien podría pensar que estos son un ejemplo de los carteles no pertinentes a los que se refería Fox Talbot. Estoy convencido de que, en la época de estas fotografías, a nadie se le ocurriría pensarlo. Al menos en voz alta.

En esta otra fotografía tomada por Deschamps también en Figueres, un civil retira unos carteles, ahora inapropiados, de la cartelera pública. Su trabajo es supervisado de cerca por un militar.

El trabajo de Deschamps también es supervisado de cerca. La sombra de un banderín junto al fotógrafo así lo indica.

Por cierto, no he podido ver en ninguno de los detalles ninguna esfera lejana de un reloj. Pero, por la dirección de las sombras, sabemos que estas fotografías se hicieron entre las dos y las tres de la tarde.