Mostrando entradas con la etiqueta Forats de Bala. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Forats de Bala. Mostrar todas las entradas

Agustí Centelles. La última foto de la Guerra Civil

El ejército franquista entró en Barcelona el 26 de enero de 1939. Centelles había salido de la ciudad poco antes de esta ocupación y poco después de tomar esta fotografía. La última de la guerra civil.

El Villa de Madrid hundido y escorado sobre estribor en el muelle de España, Barcelona, enero de 1939. (Agustí Centelles/Arxiu Centelles-Ricard Martínez)

Plano del puerto de Barcelona en setiembre de 1939. En él aparece la situación de los barcos que resultaron hundidos durante los bombardeos de los años anteriores. Estas naves aparecen diferenciadas entre las que resultaron insalvables (en blanco) y las que pudieron ser reflotadas (en negro). (Comisión de la Armada para Salvamento de Buques. Barcelona, 1941. Biblioteca del MMB)

Gracias las referencias que hay en la fotografía de Centelles de la torre Jaume I y la montaña de Montjuic, podemos ubicar fácilmente sobre el plano al fotógrafo en el muelle de la Barceloneta, entre la proa del Uruguay y la popa del African Marine.


Así, es posible identificar el barco que ocupa el centro de la imagen como el Villa de Madrid, que, como se indica, fue reflotado el 25 de mayo.

En enero de 1939, fue gravemente averiado por bombardeo de la aviación nacional en el puerto de Barcelona, amarrado en el muelle de España, quedando hundido y escorado sobre su costado de estribor. Este era el estado en que se encontraba el 26 de enero de 1939, al entrar en Barcelona las tropas nacionales, así como en la fecha de finalizar la guerra civil. (Marino Gómez-Santos, Todo Avante. Citado en Vida Marítima, de donde procede también la foto)

Pueden profundizar en la historia de ese barco en ese mismo blog. Yo, simplemente, destacaré que, tras ser reflotado, fue devuelto a la compañía armadora. Cubrió diversas lineas hasta que, en 1979 fue desguazado. Poco antes había realizado trayectos entre Barcelona y Maó. Quien en esa época haya viajado allí, posiblemente lo haya hecho en el Villa de Madrid.

Ficha médica. 21 de enero de 1939. Algunos datos de esta ficha se han ocultado, en cumplimiento de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal. (Arxiu Històric de l’Hospital de Sant Pau)

Ya había mostrado un documento similar antes. Ahora se trata de la ficha de atención médica de un carabinero. Según estos datos, el agente fue herido el 21 de enero de 1939, mientras prestaba servicio a bordo del Villa de Madrid. La ciudad sería ocupada seis días después. Centelles sería evacuado el día 25, horas antes de la ocupación. Entre esos cinco días realizó la foto del barco escorado. No podemos precisar más, pero podemos afirmar que, de momento, se trata de la última foto documentable de Centelles en Barcelona.

Con este artículo despedimos la instalación Forats de Bala, que fue desmontada el pasado lunes, 11 de enero de 2010.

Agustí Centelles y los Ascaso frente al cuartel de Drassanes. Fotografía de un paisaje minutos antes de morir.

20 julio 1936. Francisco Ascaso, con fusil al hombro y su primo Joaquin Ascaso. Francisco murió 20 minutos después de ser obtenida la foto, en el asalto al Cuartel de Atarazanas. (Foto B/N: Agustí Centelles-Arxiu Centelles) © Ricard Martínez.

Centelles tomó esta foto de buena mañana, el 20 de julio de 1936, en la plaza del Teatro. Allí, la CNT instaló su cuartel general, la madrugada del día anterior. Desde ese lugar podían hostilizar las Dependencias Militares (actual gobierno militar), el cuartel de Drassanes y la base del monumento a Colon, donde los militares insurrectos de habían hecho fuertes. También impedían que desde esta zona enlazaran con el núcleo rebelde de Plaza Catalunya. Desde allí mismo, el sindicato anarquista había lanzado el asalto sobre las posiciones sublevadas de la Bretxa de Sant Pau, de la que en su momento ya hablé.

Vamos a zambullirnos en esta foto.
Francisco Ascaso está sonriendo desenfocado. Sabemos, por una nota de Centelles, que moriría veinte minutos después. Hay alguien que ya lo ha hecho. Su cuerpo yace tras unas sillas amontonadas.
Los arcos del convento de Santa Mónica son ahora una estructura de metal y vidrio. Más allá, unas casetas de venta de libros de viejo. Ahí morirá Ascaso cuando se acabe el cigarrillo y empiece el combate. Al fondo se adivina el cuartel de Drassanes, a medio demoler, donde resistían los funcionarios sublevados.

La iglesia de Santa Mónica, medio oculta tras la mirada de Joaquín Ascaso, ardería en unas horas.

Maneras de acudir a un combate. Con el pañuelo asomado al bolsillo de la americana, el pelo engominado y sandalias con calcetines. Ya he hablado en otro momento de las maneras de sujetar un cigarrillo. Aquí hay tres ejemplos.

Los soldados que eran capturados, o se rendían, eran inmediatamente desarmados y licenciados.
Sabemos, por la memorias de Escofet, que una pequeña tropa con un suboficial había conseguido salir del cuartel de Drassanes con una ametralladora. Este podía ser uno de ellos. Parece que va completamente uniformado, excepto las cinchas, que le habrían sido extraídas al desarmarlo. Lleva un brazalete, para ser distinguido de los militares sublevados.

Este personaje se protege tras el cañón y apoya una escopeta de caza en la cureña. Tras él, parece que hay un cuarto personaje. Al menos puede distinguirse el antebrazo apoyado sobre el muslo. A él podría pertenecer la otra escopeta de caza que asoma por la derecha.

Otro detalle. Esta vez es la nota manuscrita por Centelles sobre el tercer compartimento de la carpeta 45 de su archivo. El único rastro de la foto que estamos escudriñando es una reproducción que se encuentra en la carpeta 10. El original, junto con el resto de las imágenes del referido asalto al cuartel de Drassanes, se ha perdido.
(Arxiu Centelles. Foto Ricard Martínez)

Una nota aparecida en La Vanguardia, el 12 de agosto, proporciona una pista del destino de los negativos:

SOBRE LA MUERTE DEL CAMARADA ASCASO.
Se ruega a un fotógrafo que estuvo durante la toma de Atarazanas al lado del grupo en el que iba Ascaso comprenda la trascendencia documental del celuloide impresionado y se sirva pasar por la Redacción de "Solidaridad Obrera" y "Tierra y Libertad", Unión, 19, para que nos pongamos de acuerdo sobre la utilización de esas fotografías y remuneración del trabajo, si el dicho fotógrafo tiene que ganarse la vida con su profesión.

No está muy clara la procedencia del proyectil que mató a Francisco Ascaso. Es posible que esta ambigüedad motivara el interés de la CNT por estos negativos, actualmente desaparecidos.

Escrito en el reverso: Barcelona: lugar donde cayó F. Ascaso en los primeros momentos de la lucha.
Esta foto está tomada en la avenida del Portal de Santa Madrona, junto a las casetas de libros de viejo que aparecían en el primero de los detalles que he mostrado y que aquí medio se ven tras las faldas y pantalones congregados. Los ladrillos proceden, sin duda, de los escombros del cuartel de Drassanes. (Fundación Anselmo Lorenzo. Autor desconocido)


De la foto de Centelles, no queda ni el negativo. Actualmente, sólo permanecen en su lugar los edificios de la derecha y algunos árboles. Centelles había fotografiado un paisaje a punto de desaparecer. (foto Ricard Martínez)

Agradecemos la colaboración del Arxiu Centelles y de la Fundación Anselmo Lorenzo, que nos han permitido utilizar las imágenes que acompañan este estudio.

Los caballos de Centelles. La fotografía de los Guardias de Asalto en la calle Diputació.

Los Guardias de Asalto de la foto de Centelles apuntan sus fusiles parapetados tras una pila de caballos muertos en la esquina de Diputació con Llúria. En la foto en blanco y negro, el sol se cuela a través las hojas de unos árboles que ya no existen y motea con su luz la escena. En la actualidad, esa función la suplen los cristales del edificio del chaflán opuesto. Unos conos montan guardia con solemnidad provisional.
(Agustí Centelles/Arxiu Centelles-Ricard Martínez)

Esta fotografía está obtenida en la esquina de la calle Diputació con Roger de Llúria, el 19 de julio de 1936. Así lo indicó Centelles, tanto en el papel vegetal de las fundas donde se conservan los negativos, como en los contactos que realizó en los años setenta. Realizó veinte fotos en esa calle. Después de la Plaza Catalunya, es el escenario donde tomó más ese día. La imágenes inmediatamente anteriores están ubicadas en la entrada de urgencias del Hospital Clínic. Ese lugar es hoy un acceso cerrado, en la calle Casanova. Posiblemente ahí obtuvo información, por los propios heridos, del combate que había tenido lugar en la calle Diputació. Allí se dirigió. Llegó por Pau Claris y se encontró con una multitud de milicianos debutantes, que aun celebran su victoria subidos a los cañones capturados al enemigo.

Se había librado un combate decisivo. Tropas leales, compuestas por agentes de seguridad y paisanos, habían detenido el avance de una agrupación de 70 hombres, del regimiento de Artillería Ligera núm. 7, procedente del cuartel de San Andrés. Tenían por misión enlazar con las tropas de infantería que ocupaban desde la madrugada la pl. Catalunya y, desde allí, descender por el Portal de l’Angel y Laietana, para ocupar los edificios de la Generalitat, en la plaza de Sant Jaume, y la Comissaría General d’Ordre Públic - la actual Jefatura de Policía -. Sobre las 11h de la mañana fueron sorprendidos por un pequeño grupo de guardias y civiles a la altura de la calle Bruch. Al oír los disparos, acudieron compañías de Guardias de Asalto desde la Comissaria de Laietana y desde la pl. Catalunya. Los militares lograron avanzar hasta Pau Clarís. Allí consiguieron montar una de las piezas para cañonear la Comissaria. No está claro si efectuaron esos disparos o no. Fueron cercados entre Llúria y Clarís y hostigados desde las azoteas de algunos edificios. El combate duró dos horas y se produjeron numerosas víctimas, entre ellas, los mandos de Artillería. Algo más tarde de la una, los guardias de seguridad y milicianos tomaron al asalto las posiciones rebeldes. Se hicieron con los cañones y numerosos prisioneros.

Los caballos han formado un remolino al caer. Quizás forzados por los arneses y empujados por el primero de ellos en morir. Centelles los había fotografiado con insistencia desde el momento en que llegó. Observando esas fotos, vemos como, con cada click, extraía materia hasta dejar al descubierto este grupo escultórico.
(Agustí Centelles/Arxiu Centelles-Ricard Martínez)

Centelles llegó al lugar como una hora más tarde. Pasadas las 14h. Había transcurrido suficiente tiempo para evacuar los muertos y heridos — en sus fotos no aparecen —, pero los cañones seguían ahí, cargados de civiles eufóricos. Centelles recorrió la calle fotografiando ese ambiente de triunfo. De vez en cuando, volvía a la pila de caballos muertos que había quedado cerca de Llúria y les hacía una foto. Esos animales eran el tiro de uno de los carros de los militares.

En un momento dado vemos, por la sucesión de esos negativos, que llega un camión con guardias civiles. No hacía mucho, su mando en Barcelona, el general Aramburu, había decidido participar activamente en los combates al lado del gobierno. Parece que esos agentes desalojan la calle. Desde cerca de la esquina con Llúria, donde se para el camión, se despliegan por Diputació, pegados a los edificios, en dirección a Clarís. Centelles los precede mientras dispara su cámara caminado de espaldas. Antes de eso, ha vuelto a fotografiar los caballos. En mitad del cruce de Clarís con Diputació hace una última foto de los guardias civiles, que ahora avanzan por el centro de la calzada hacia abajo. Supongo que van en dirección a la Comisaría General de Orden Público. Ahí los deja. Vuelve en seguida al otro extremo de la calle, donde siguen los caballos. Allí toma tres fotos: la primera, la más conocida, de los guardias de asalto parapetados tras los caballos. A continuación una del grupo de caballos muertos sin nadie alrededor y, finalmente, otra con uno de esos mismos guardias de asalto disparando desde la esquina. Son las 14.40h. Con ésta foto ha acabado el carrete y se va a otro lado. Seguramente a la Comissaria General, tras los cañones y su séquito.



Uno de los Guardias de Asalto posa por segunda vez para Centelles. Si vais por esta esquina, pasad los dedos por la arista de la pared, por encima de vuestra cabeza y la del funcionario. Podréis descubrir así el parche que tapa la muesca que ha dejado una bala.
(Agustí Centelles/Arxiu Centelles-Ricard Martínez)

Agradecemos la colaboración del Arxiu Centelles, que se ha involucrado en en el proyecto y nos ha permitido utilizar las imágenes de Agustí Centelles para realizar este estudio.

Cartografía de una Batalla. Las fotos de Centelles del golpe de Estado de 1936

Forats de Bala. Reverso de la foto ubicada en Diputació-Llúria.

El número de diciembre de la revista de historia y cultura L'Avenç publica un artículo sobre Forats de Bala, con dos fotografías a doble página de la instalación. Sirva esta entrada como un complemento al mencionado texto.

Forats de Bala se ha desgranado de un trabajo aun en curso, Cartografía de una Batalla, un estudio sobre los negativos que Agustí Centelles obtuvo el 19 y 20 de julio de 1936, durante la insurrección militar que desencadenará la Guerra Civil Española. Me ha interesado este período por dos razones. La primera, es que se trata de un episodio breve y definido. Se inicia con la salida de las primeras tropas insurrectas de sus cuarteles — durante la madrugada del día 19 de julio — y acaba con la caída de los últimos núcleos rebeldes — hacia mediodía del día 20 —. El segundo motivo es que estas horas corresponden a un instante de cambio. Tanto para el fotógrafo, como para el Estado, del que Centelles es y se siente usuario.

Reconstrucción de unos carretes
En su diario, Centelles relata como, al final de la guerra se llevó al exilio una maleta con todos los negativos producidos durante la República y el período bélico, para no comprometer a las personas que aparecían en esas fotos. La maleta compartió con él y muchos otros exiliados, las pésimas condiciones de conservación que ofrecían a sus ocupantes los campos de refugiados franceses en los que estuvo preso. El fotógrafo relata como consiguió salir de ahí, para ponerse a trabajar en un estudio fotográfico de Carcasonne y como se integró en la resistencia. Ante la amenaza de ser detenido por la Gestapo y antes de su regreso de forma clandestina y precipitada a España, Centelles dejó estos negativos a cargo de la familia con la que se alojaba. Allí permanecieron hasta que en 1976, tras la muerte de Franco, Centelles fue a buscarlos. De vuelta a casa, Centelles clasificó poco a poco todo este material. Octavi Centelles, hijo del fotógrafo, cuenta que esa clasificación debía hacerse en el comedor de casa y como la labor debía ser interrumpida por su madre para poner la mesa y cenar. Una vez recogida la mesa, se retomaba la tarea hasta muy tarde. Tras tanto tiempo, y en estas condiciones, se produjeron ciertos errores que han hecho necesario reconstruir los carretes de estos dos días. Son los conservados en las carpetas 43, 44 y 45 del archivo Centelles.

Forats de Bala. Guardias de Asalto parapetados tras unas obras.

Para la restitución de esos carretes se ha revisado la numeración de las tiras contenidas en estas carpetas y se ha verificado la correspondencia entre los taladros de la película. También se ha efectuado un sondeo en la totalidad del fondo. Ello ha permitido, por un lado descartar algunas imágenes que, hasta ahora, figuraban como producidas durante aquellos dos días. Pero también hemos podido datar en estas fechas otros negativos que estaban en otras carpetas. Este es el caso de una tira que se hallaba en la carpeta 77. Se trata de una serie de imágenes de una barricada, que se conservaba junto con otras fotos parecidas, correspondientes a las luchas entre anarquistas y comunistas de mayo de 1937. Por la similitud de las imágenes, no ha sido difícil reubicarlas en la calle del Tigre, durante la mañana del día 19 de julio.

Este trabajo lo hemos realizado con la gran ayuda e implicación de Octavi i Sergi Centelles. Con ellos hemos revisado una a una las posibles correspondencias entre las tiras de negativos. Como resultado de este trabajo, hemos conseguido aislar cuatro carretes. Tres de ellos podemos considerarlos completos, de entre 30 y 40 fotos. Así como cinco fragmentos de entre uno y cinco fotogramas. En total, son 136 fotos. Cabe recordar que, cuando nos referimos a un carrete completo, corresponde mas o menos a la longitud de los brazos extendidos de Centelles. En aquella época, y durante mucho tiempo, los fotógrafos profesionales no adquirían carretes sueltos -que hoy tendrían 36 exposiciones - sino que cargaban sus chasis a a oscuras, en el laboratorio, a partir de latas de 30m.
.

Forats de Bala. Rambla Santa Mònica, a media mañana.

Reconstrucción del itinerario.
La investigación ha continuado en la calle, buscando los escenarios que aparecen en las fotos. Para ello, me he ayudado de las memorias de algunos de los protagonistas de aquellos hechos, o las crónicas de la prensa de los días siguientes. También me ha servido de mucho mi conocimiento de la ciudad y una especie de intuición que, de vez en cuando, aparece. Cuando se consigue dar con estos lugares, y, con las instantáneas de Centelles en la mano, tenemos acceso a otra información, como la ubicación exacta de los protagonistas (tanto los que aparecen a las imágenes como el fotógrafo). Por la orientación del sol, sabemos a qué hora se obtuvieron muchas de las fotografías. Según se puede apreciar en las imágenes, esos dos días hubo nubes y claros. Afortunadamente, el sol aparecía de vez en cuando. De manera que el estudio de las sombras en las fotos donde aparecen y su comparación con el aspecto actual en los mismos lugares, nos proporciona una muy útil pauta temporal. Con estos datos podemos reconstruir los movimientos de Centelles por Barcelona durante aquellos días de julio.

Sin moverme de ese mismo punto de vista donde estuvo Centelles por unos instantes, he hecho una foto en cada lugar. Es un trofeo. Una prueba de que yo también he estado allí. Ese producto subsidiario es una refotografía. Es un género que permite al fotógrafo expresarse con una acción, aparentemente, bien simple: poner la óptica de su cámara exactamente donde alguien lo hizo antes. Para ello, debe pisar exactamente donde esta persona, pisaba. Evidenciando así el punto de vista, el refotógrafo propone una reflexión sobre la actitud de los dos fotógrafos y del lector ante los hechos retratados. La refotografía es una meditación sobre el sujeto, tanto quien hizo la primera fotografía, como el que hizo la segunda, como el espectador, que, virtualmente es trasladado allí, observando ambas imágenes, al lugar donde se dan cita la Geografía y la Historia.

Hay estudios que pretenden poner cara al autor de una obra. Yo me conformo solo con ponerle pies. Itinerario de Agustí Centelles el 19 y 20 de julio de 1936 por las calles de Barcelona, según los estudios realizados hasta este momento.

Recordad que el próximo sábado, dia 12, hay una nueva edición de Passejant Centelles. Podéis inscribiros enviando un mensaje a arqueologiadelpuntdevista@gmail.com.
http://www.youtube.com/artssantamonica#p/u/3/LWopq2jNK4E

PASSEJANT CENTELLES, 14 DE NOVIEMBRE


Foto de grupo antes de iniciar la visita. En el suelo, un casco rosa que rima con ironía con el de la foto, sobre el caballo muerto. Sólo un fotógrafo pudo darse cuenta de esa especie de cacofonía. ¿Adivinan quien?

Poco que añadir por escrito a la entrada que ha dejado Paco Elvira en su blog, sobre la pasada sesión de Passejant Centelles. No se pierdan los agujeros de bala que, en poco tiempo, descubrió en la plaça de Catalunya.

En cambio, si que podemos adjjntar las fotos que nos ha enviado Silvia Menéndez. Vino con su hija Júlia, quien tenia que hacer un trabajo para el instituto. Espero que le haya servido lo que vio y escuchó durante el paseo.


Gracias por vuestra asistencia. Yo me lo pasé muy bien. Creo que vosotros también.

RECUERDEN, Próxima visita:

Sábado, 28 de noviembre.

HORA: 10.30
LUGAR: C/ Diputació-Llúria
PRECIO: 6€

DIBUIXANT CENTELLES

Unos márgenes insinuados, nos recuerdan que Lola Carda ha dibujado esto a partir de la foto de la calle Diputació.

Ante las piezas de Forats de Bala el observador tiene la oportunidad de pensar con los pies, caminando alrededor de cada pieza mientras busca su punto de vista. Pero hay quien se ha acercado a estas fotos para pensar con las manos. Son los alumnos de dibujo de la Facultad de Arquitectura de La Salle. Sus profes les han sugerido el ejercicio de dibujar las dos piezas en su entorno. Los resultados son muy interesantes y merecen devolverles el tiempo que ellos han dedicado. Me ha sido difícil hacer una selección para esta entrada. Ahí van unos cuantos. Muchas gracias a los alumnos y profes y enhorabuena por el trabajo.

Eduard Pascual se olvida de la foto y dibuja un volumen liso. Una línea de segmentos nos lleva allí saltando, como por las piedras de un río.

Loggà Toggicò prolonga el ritmo de esos segmentos por la fachada.

Eus 1040. La pieza es un sillar más de la pesada fachada.

Anna Casadevall sitúa la foto entre el cacao de unas obras y la más organizada fachada del fondo.

Me gusta la rima que compone Laura Nestar entre la caja que soporta la foto y la caja contenida en la misma. El eco de ambas rebota en la caja del ascensor, a la izquierda.

Desde el mismo lugar, Jordi Brué define un hueco entre el chaflán y la entrada del ascensor. Allí coloca su caja.

Cristina Plana tiene tan claro ese espacio, que no necesita dibujar la estructura corpórea de la foto.

Desde el punto de vista de Pere Puig, la foto está en el centro de la fachada. Elimina un pilar. Así la imagen queda acogida y enmarcada por el fondo.

GA entra en el juego de solapar el espacio representado en la foto y el que representa su dibujo.

La cosa da de si. Jose María Ane, hace lo mismo, pero proyectando la foto hacia el otro lado.

Laura Vila Busto no olvida este solapamiento, pero lo simplifica todo bastante.

Manuel Borbon lo simplifica aun más. El espacio esta sugerido por el volumen de la izquierda y el peso de la materia, por la estructura piramidal que definen los rectángulos.

Vamos a las Ramblas.

Andrés Becerra envía su dibujo como una matriosha: un scanner que contiene una libreta, que contiene un dibujo, que, a su vez, contiene la foto.

Norma Boix se fija en la escena representada en la foto y nos hace un retrato de los personajes que en ella aparecen. Joaquin Ascaso nos mira desde el centro de la foto, como en las Ramblas la miraba a ella.

Carla Pintat completa la escena con unos personajes a la derecha. Sin el recuadro que los separa, todos parecerían compartir el mismo espacio.

Almudena Badía se aleja un poco para así poder justificar el ritmo de los árboles dibujados dentro y fuera de la foto.Mireia Picornell se sitúa en un lugar más interesante como punto de vista. La flexibilidad del dibujo le permite inclinar la foto hacia el observador para apreciarlo mejor.

Laura Verdún opta por eliminar la cabina de teléfono para explicar su dibujo.

Nacho Uriz domestica la cabina de teléfonos. Así deja pasar a través lo que quiere el dibujante enseñar.

Roser Cisa se dibuja mientras dibuja. No es ninguna chorrada, así evidencia el punto de vista, el prota de todo esto.

Jonnathan Kahane desde las alturas. Mola la pequeña plantación de sombrillas de la derecha.

Toni Riberaygua, también desde las alturas, ha dibujado unos personajes que parecen haber salido de la foto.

La propuesta de Carla Pallarés es muy simple. Las terrazas, se reducen a una mesa, dos sillas y una sombrilla. La multitud, son solo dos personajes. Los edificios, una casa.

Las Ramblas dan más juego para dibujar gente. Víctor Aldana no se perdió los trileros que, diariamente, utilizan la foto como parapeto.

Sergi Tomás limita con cierta precisión la estructura entre los arboles, las casas del fondo y un personaje en primer término.

Mattia Viganoni. Una mujer que pasa con su perro no le han despistado para hacer un juego de volúmenes con rectángulos del fondo.

Dani Estorach. La perspectiva le sirve para hacer reversible la escena de la foto y nos la sitúa en su espacio.

En este dibujo de Patricia Font, la perspectiva se acentúa con las sombras a contraluz.

Una vista muy detallada de Javi Oliver.

Por contraste. Tahira nos ofrece esta vista tan simple

Si os ha parecido poco, aquí hay más.