Suporters en la plaza de Sant Jaume

En la mano llevo una foto que hice el 21 de noviembre de 1986. En primer término, una niña y su abuela sostienen unas octavillas con el texto "Pujol el poble et vol". Forman parte de un grupo de personas que han sido convocadas para recibir al president de la Generalitat, Jordi Pujol, tras la decisión de Audiencia Territorial de Barcelona de no procesarlo por su gestion, previa al cargo electo, al frente de Banca Catalana. (Foto Ricard Martínez, 1986/2012)

Una de las farolas de la plaza hace un cameo en esta otra refotografía. En ella Jordi Pujol saluda a los simpatizantes, protegido por mossos d'Esquadra. (Foto Ricard Martínez, 1986/2012)

Jordi Pujol y su esposa acceden al Palau de la Generalitat, rodeados de unas banderas. Estas enseñas escenifican el maquillaje de agresión patriotica con el que se quiso ocultar el procesamiento de un cargo electo por la gestion presuntamente irregular de una empresa privada. (Foto Ricard Martínez, 1986/2012)

Hace unos días, en el mismo lugar de estas fotografías, un grupo de personas fue convocado para recibir al actual President de la Generalitat. Venía de Madrid, de una reunión con el Presidente del Gobierno Central. En ella se trataron cuestiones económicas, teñidas de sensaciones nacionalistas de dos direcciones. En una época en la que los partidos de ambos representantes están privatizando el Estado a costa de la soberanía de sus ciudadanos, la reciente convocatoria de la plaza Sant Jaume parece querer capitalizar, de manera electoralista, la voluntad de independencia expresada en la manifestación del pasado 11 de setiembre.

Al final del acto, una persona detenida es introducida al Palau, por policias, de uniforme y de paisano. (Foto Ricard Martínez, 1986/2012)

Mientras la ciudadanía, con más voluntad pragmática que sentimientos, reclama independencia del Estado respecto las entidades financieras, los cargos políticos, apenas se preocupan de que sus actos sigan siendo independientes de la justicia. Y sus suporters lo celebran.