El número de diciembre de la revista de historia y cultura L'Avenç publica un artículo sobre Forats de Bala, con dos fotografías a doble página de la instalación. Sirva esta entrada como un complemento al mencionado texto.
Forats de Bala se ha desgranado de un trabajo aun en curso, Cartografía de una Batalla, un estudio sobre los negativos que Agustí Centelles obtuvo el 19 y 20 de julio de 1936, durante la insurrección militar que desencadenará la Guerra Civil Española. Me ha interesado este período por dos razones. La primera, es que se trata de un episodio breve y definido. Se inicia con la salida de las primeras tropas insurrectas de sus cuarteles — durante la madrugada del día 19 de julio — y acaba con la caída de los últimos núcleos rebeldes — hacia mediodía del día 20 —. El segundo motivo es que estas horas corresponden a un instante de cambio. Tanto para el fotógrafo, como para el Estado, del que Centelles es y se siente usuario.
Reconstrucción de unos carretes
En su diario, Centelles relata como, al final de la guerra se llevó al exilio una maleta con todos los negativos producidos durante la República y el período bélico, para no comprometer a las personas que aparecían en esas fotos. La maleta compartió con él y muchos otros exiliados, las pésimas condiciones de conservación que ofrecían a sus ocupantes los campos de refugiados franceses en los que estuvo preso. El fotógrafo relata como consiguió salir de ahí, para ponerse a trabajar en un estudio fotográfico de Carcasonne y como se integró en la resistencia. Ante la amenaza de ser detenido por la Gestapo y antes de su regreso de forma clandestina y precipitada a España, Centelles dejó estos negativos a cargo de la familia con la que se alojaba. Allí permanecieron hasta que en 1976, tras la muerte de Franco, Centelles fue a buscarlos. De vuelta a casa, Centelles clasificó poco a poco todo este material. Octavi Centelles, hijo del fotógrafo, cuenta que esa clasificación debía hacerse en el comedor de casa y como la labor debía ser interrumpida por su madre para poner la mesa y cenar. Una vez recogida la mesa, se retomaba la tarea hasta muy tarde. Tras tanto tiempo, y en estas condiciones, se produjeron ciertos errores que han hecho necesario reconstruir los carretes de estos dos días. Son los conservados en las carpetas 43, 44 y 45 del archivo Centelles.
Forats de Bala se ha desgranado de un trabajo aun en curso, Cartografía de una Batalla, un estudio sobre los negativos que Agustí Centelles obtuvo el 19 y 20 de julio de 1936, durante la insurrección militar que desencadenará la Guerra Civil Española. Me ha interesado este período por dos razones. La primera, es que se trata de un episodio breve y definido. Se inicia con la salida de las primeras tropas insurrectas de sus cuarteles — durante la madrugada del día 19 de julio — y acaba con la caída de los últimos núcleos rebeldes — hacia mediodía del día 20 —. El segundo motivo es que estas horas corresponden a un instante de cambio. Tanto para el fotógrafo, como para el Estado, del que Centelles es y se siente usuario.
Reconstrucción de unos carretes
En su diario, Centelles relata como, al final de la guerra se llevó al exilio una maleta con todos los negativos producidos durante la República y el período bélico, para no comprometer a las personas que aparecían en esas fotos. La maleta compartió con él y muchos otros exiliados, las pésimas condiciones de conservación que ofrecían a sus ocupantes los campos de refugiados franceses en los que estuvo preso. El fotógrafo relata como consiguió salir de ahí, para ponerse a trabajar en un estudio fotográfico de Carcasonne y como se integró en la resistencia. Ante la amenaza de ser detenido por la Gestapo y antes de su regreso de forma clandestina y precipitada a España, Centelles dejó estos negativos a cargo de la familia con la que se alojaba. Allí permanecieron hasta que en 1976, tras la muerte de Franco, Centelles fue a buscarlos. De vuelta a casa, Centelles clasificó poco a poco todo este material. Octavi Centelles, hijo del fotógrafo, cuenta que esa clasificación debía hacerse en el comedor de casa y como la labor debía ser interrumpida por su madre para poner la mesa y cenar. Una vez recogida la mesa, se retomaba la tarea hasta muy tarde. Tras tanto tiempo, y en estas condiciones, se produjeron ciertos errores que han hecho necesario reconstruir los carretes de estos dos días. Son los conservados en las carpetas 43, 44 y 45 del archivo Centelles.
Para la restitución de esos carretes se ha revisado la numeración de las tiras contenidas en estas carpetas y se ha verificado la correspondencia entre los taladros de la película. También se ha efectuado un sondeo en la totalidad del fondo. Ello ha permitido, por un lado descartar algunas imágenes que, hasta ahora, figuraban como producidas durante aquellos dos días. Pero también hemos podido datar en estas fechas otros negativos que estaban en otras carpetas. Este es el caso de una tira que se hallaba en la carpeta 77. Se trata de una serie de imágenes de una barricada, que se conservaba junto con otras fotos parecidas, correspondientes a las luchas entre anarquistas y comunistas de mayo de 1937. Por la similitud de las imágenes, no ha sido difícil reubicarlas en la calle del Tigre, durante la mañana del día 19 de julio.
Este trabajo lo hemos realizado con la gran ayuda e implicación de Octavi i Sergi Centelles. Con ellos hemos revisado una a una las posibles correspondencias entre las tiras de negativos. Como resultado de este trabajo, hemos conseguido aislar cuatro carretes. Tres de ellos podemos considerarlos completos, de entre 30 y 40 fotos. Así como cinco fragmentos de entre uno y cinco fotogramas. En total, son 136 fotos. Cabe recordar que, cuando nos referimos a un carrete completo, corresponde mas o menos a la longitud de los brazos extendidos de Centelles. En aquella época, y durante mucho tiempo, los fotógrafos profesionales no adquirían carretes sueltos -que hoy tendrían 36 exposiciones - sino que cargaban sus chasis a a oscuras, en el laboratorio, a partir de latas de 30m.
Este trabajo lo hemos realizado con la gran ayuda e implicación de Octavi i Sergi Centelles. Con ellos hemos revisado una a una las posibles correspondencias entre las tiras de negativos. Como resultado de este trabajo, hemos conseguido aislar cuatro carretes. Tres de ellos podemos considerarlos completos, de entre 30 y 40 fotos. Así como cinco fragmentos de entre uno y cinco fotogramas. En total, son 136 fotos. Cabe recordar que, cuando nos referimos a un carrete completo, corresponde mas o menos a la longitud de los brazos extendidos de Centelles. En aquella época, y durante mucho tiempo, los fotógrafos profesionales no adquirían carretes sueltos -que hoy tendrían 36 exposiciones - sino que cargaban sus chasis a a oscuras, en el laboratorio, a partir de latas de 30m.
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Reconstrucción del itinerario.
La investigación ha continuado en la calle, buscando los escenarios que aparecen en las fotos. Para ello, me he ayudado de las memorias de algunos de los protagonistas de aquellos hechos, o las crónicas de la prensa de los días siguientes. También me ha servido de mucho mi conocimiento de la ciudad y una especie de intuición que, de vez en cuando, aparece. Cuando se consigue dar con estos lugares, y, con las instantáneas de Centelles en la mano, tenemos acceso a otra información, como la ubicación exacta de los protagonistas (tanto los que aparecen a las imágenes como el fotógrafo). Por la orientación del sol, sabemos a qué hora se obtuvieron muchas de las fotografías. Según se puede apreciar en las imágenes, esos dos días hubo nubes y claros. Afortunadamente, el sol aparecía de vez en cuando. De manera que el estudio de las sombras en las fotos donde aparecen y su comparación con el aspecto actual en los mismos lugares, nos proporciona una muy útil pauta temporal. Con estos datos podemos reconstruir los movimientos de Centelles por Barcelona durante aquellos días de julio.
Sin moverme de ese mismo punto de vista donde estuvo Centelles por unos instantes, he hecho una foto en cada lugar. Es un trofeo. Una prueba de que yo también he estado allí. Ese producto subsidiario es una refotografía. Es un género que permite al fotógrafo expresarse con una acción, aparentemente, bien simple: poner la óptica de su cámara exactamente donde alguien lo hizo antes. Para ello, debe pisar exactamente donde esta persona, pisaba. Evidenciando así el punto de vista, el refotógrafo propone una reflexión sobre la actitud de los dos fotógrafos y del lector ante los hechos retratados. La refotografía es una meditación sobre el sujeto, tanto quien hizo la primera fotografía, como el que hizo la segunda, como el espectador, que, virtualmente es trasladado allí, observando ambas imágenes, al lugar donde se dan cita la Geografía y la Historia.
La investigación ha continuado en la calle, buscando los escenarios que aparecen en las fotos. Para ello, me he ayudado de las memorias de algunos de los protagonistas de aquellos hechos, o las crónicas de la prensa de los días siguientes. También me ha servido de mucho mi conocimiento de la ciudad y una especie de intuición que, de vez en cuando, aparece. Cuando se consigue dar con estos lugares, y, con las instantáneas de Centelles en la mano, tenemos acceso a otra información, como la ubicación exacta de los protagonistas (tanto los que aparecen a las imágenes como el fotógrafo). Por la orientación del sol, sabemos a qué hora se obtuvieron muchas de las fotografías. Según se puede apreciar en las imágenes, esos dos días hubo nubes y claros. Afortunadamente, el sol aparecía de vez en cuando. De manera que el estudio de las sombras en las fotos donde aparecen y su comparación con el aspecto actual en los mismos lugares, nos proporciona una muy útil pauta temporal. Con estos datos podemos reconstruir los movimientos de Centelles por Barcelona durante aquellos días de julio.
Sin moverme de ese mismo punto de vista donde estuvo Centelles por unos instantes, he hecho una foto en cada lugar. Es un trofeo. Una prueba de que yo también he estado allí. Ese producto subsidiario es una refotografía. Es un género que permite al fotógrafo expresarse con una acción, aparentemente, bien simple: poner la óptica de su cámara exactamente donde alguien lo hizo antes. Para ello, debe pisar exactamente donde esta persona, pisaba. Evidenciando así el punto de vista, el refotógrafo propone una reflexión sobre la actitud de los dos fotógrafos y del lector ante los hechos retratados. La refotografía es una meditación sobre el sujeto, tanto quien hizo la primera fotografía, como el que hizo la segunda, como el espectador, que, virtualmente es trasladado allí, observando ambas imágenes, al lugar donde se dan cita la Geografía y la Historia.
Hay estudios que pretenden poner cara al autor de una obra. Yo me conformo solo con ponerle pies. Itinerario de Agustí Centelles el 19 y 20 de julio de 1936 por las calles de Barcelona, según los estudios realizados hasta este momento.
Recordad que el próximo sábado, dia 12, hay una nueva edición de Passejant Centelles. Podéis inscribiros enviando un mensaje a arqueologiadelpuntdevista@gmail.com.
http://www.youtube.com/artssantamonica#p/u/3/LWopq2jNK4E
http://www.youtube.com/artssantamonica#p/u/3/LWopq2jNK4E
Has fet un treball realment sorprenent. No hi hauria cap manera de que això acabés publicat o recopilat en cap lloc?
ResponderEliminarEl que has dut a terme no és només una cosa original, sinó també força interesant, molt més del que en un principi pogués semblar.
Gràcies per l'aportació.
Quan aconsegueixes acompanyar una fotografia fins al lloc on va ser feta, te'n adones de com allà se li dispara l'eloqüència. A més, pel camí, us haureu fet bons amics i t'haurà fet moltes confidències.
ResponderEliminarSobre la publicació, espero fer-la aviat. Ja veurem. De moment, aqui vaig publicant algunes "tapetes"
Gràcies. Ricard
Sería interesante que dijera usted qué fotos no pertenecen al 19 de julio. Seguro que más de un historiador sigue usándolas. ¿Acaso son de los hechos de 1934?
ResponderEliminarUn treball excelent, el meu marit és nét d'un dels guàrdies d'asalt que apareix a la fotografia del carrer diputació amb LLúria , en concret del què hi és al mig. (Pere Domènech Santamaria)
ResponderEliminarRafael,
ResponderEliminarEl procedimiento utilizado para descartar esas imágenes ha sido mas bien técnico. Se trata de imágenes que no pueden encajar con los cortes y la numeración de las tiras del 19 de julio. No he ido más allá. En general, recuerdo que corresponden a la quema de muebles de algún local de derechas. Algunas registran calles céntricas con algunos transeúntes. Otras, por el ambiente festivo, la indumentaria veraniega de los que aparecen y la presencia de propaganda anarquista en las calles, podrían pertenecer al particular período de Drôle de Guerre de final del verano de 1936.
Isabel,
Moltes gràcies. Això que em dius del teu sogre és molt interessant. Sería possible obtenir alguna foto o altre documentació del Pere Domenech? Estaria molt be poder disposar d’ella per tal de justificar la recerca.