
Hace unos días apareció en el blog Altres Barcelones una noticia sobre un grafito de la época de la Guerra Civil en una calle de la Barceloneta. Conocía la pintada y hacía ya tiempo que seguía el blog de Dani Cortijo, donde se publicaba la crónica. Eso me sirvió de excusa para ponerme en contacto con él y, de paso, compartir la información que había podido recoger sobre este tema. Esa pintada me la había enseñado años atrás Martí Llorens. Desde entonces no he perdido la oportunidad de mostrarla a los amigos, forasteros o no, con los que paseo por la ciudad.
Durante una temporada constituyeron, junto con la pintada de la plaza Sant Josep Oriol, los únicos grafiti del período de la guerra que existían en la Ciudad. Por cierto que este último hace una extraña pareja con la contigua lápida del Milagro del Puentecito. Si aun no la conocen, no deberían perdersela.
Más adelante, mientras investigaba en el fondo Brangulí, del Arxiu Nacional de Catalunya, tropecé con tres fotografías. En seguida me di cuenta que se trataban de imágenes del acto de consagración de la plaza y la calle a un tal M. Pedrola. Junto a la efigie de Lenin, se asomaba el joven Pedrola. La pintada empezaba a tener rostro.
Más adelante, mientras investigaba en el fondo Brangulí, del Arxiu Nacional de Catalunya, tropecé con tres fotografías. En seguida me di cuenta que se trataban de imágenes del acto de consagración de la plaza y la calle a un tal M. Pedrola. Junto a la efigie de Lenin, se asomaba el joven Pedrola. La pintada empezaba a tener rostro.



En el Arxiu del Pavelló de la República, pude localizar un documento que, supongo, se repartió durante aquel homenaje. Ya teníamos la fotografía a partir de la que se dibujó el retrato. Es extraordinaria la similitud del cartón con la estampa de un santo.

Con esto me apunto a la campaña que Dani Cortijo ha inicado para salvar esta pintada. Una iniciativa a la que ya se han sumado muchas personas y agrupaciones. Confío, además, que el proceso se lleve a cabo con los criterios museográficos necesarios. No deseo aparecer excesivamente suspicaz con este comentario. Pero la experiencia reciente ha enseñado que, con frecuencia se confunde una consolidación con un simple repinte -como en el caso de la ya malograda pintada del Milicià Desconegut, a la que me he referido antes-, o se hacen pasar unos trabajos elementales e imprescindibles de documentación y planimetría, por el rescate de restos arqueológicos próximos a su demolición -como, sin duda sucederá con la porción del Rec Comtal y otros hallazgos de época anterior, junto al Arc de Trionf.

Una nota final. Posiblemente ya vaya siendo hora de agradecer al equipo del Arxiu Nacional de Catalunya su ayuda para la confección, no sólo de esta entrada, sino de gran parte de este blog. Especialmente quiero expresar mi gratitud a Imma Navarro y Conxi Petit. También debe constar la participación del Arxiu del Pavelló de la República y su directora, Lourdes Prades.