Agustí Centelles tomó esta foto sobre las diez de la mañana del 19 de julio, frente al edificio de telefónica., en la Plaza Catalunya, junto al portal del Angel. Esa madrugada, la plaza había sido ocupada por dos compañías del regimiento de Infantería Badajoz nº 13, que se hospedaba en el cuartel de Pedralbes. Estaban dirigidas por el Comandante López Amor y cada una de ellas era mandada por los capitanes Juan Ruiz Hernández y Julio Visconti Martínez. Un grupo de esa tropa intentó ocupar este centro de comunicaciones de la ciudad. En esta foto, un grupo de los Guardias de Asalto que custodiaban el edificio, descansa o vigila relajadamente el acceso tras el combate.
(Agustí Centelles/Arxiu Centelles-Ricard Martínez)
Buena parte da las fuerzas sublevadas avanzó en columna por la Ronda de la Universidad en dirección a la Plaza de Cataluña a donde llegaron dando vivas a la República y haciendo demostraciones los oficiales que mandaban las fuerzas de que habían salido en defensa del régimen republicano. Esto dio lugar en los primeros momentos a que se confundieran los soldados sublevados y las fuerzas de Asalto y Seguridad que prestaban servicio en la indicada Plaza.(Agustí Centelles/Arxiu Centelles-Ricard Martínez)
En esta forma unos cuantos soldados mandados por oficiales llegaron hasta el edificio de la Compañía Telefónica en cuya puerta principal prestaba servicio de vigilancia un grupo de agentes de Policía de la Generalidad y de guardias da Seguridad que custodiaban dicho edificio, a! mando del teniente Perales. Cuando se encontraban confundidas las fuerzas leales y las facciosas uno de los oficiales de mayor graduación de las segundas requirió a las primeras para que se rindieran. No obedeciendo a este requerimiento y rehecha la Policía de la sorpresa se entabló entre ambas fuerzas un vivo tiroteo del que resultaron varias víctimas por ambas partes, entre ellas herido el teniente Perales y el comandante López Amor que venía al mando de las compañías insurrectas.
La Vanguardia el día 22 de julio de 1936.
El combate en el interior fue duro. Hubo disparos a bocajarro y lucha cuerpo a cuerpo. En algún momento la planta baja estuvo bajo control rebelde, mientras que, desde la planta superior, los Guardias del teniente Perales, disparaban a través del hueco de la escalera. Así consiguieron echar a los rebeldes del edificio. Éstos resistieron en la plaza hasta las cuatro de la tarde, cuando se rindieron los últimos oficiales que se habían hecho fuertes en el Hotel Colón.
La foto que abre esta entrada es la primera del carrete de Centelles. Comparándolo con el resto, podemos ver, tanto por la luz, como por los acontecimientos que registra, que es el primero de la jornada. Se inicia con una foto de un edificio bajo el control del gobierno. La prensa, que apareció dos días después destaca con unanimidad que la situación está controlada por el Estado. Es posible que Centelles buscase una imagen para ilustrar esa noticia. Aunque no podemos descartar que se trate de uno de esos disparos de fogueo que efectúan los fotógrafos para ir entrando en situación. En cualquier caso, es la única foto de este tipo. En seguida cambian las cosas.
De repente suenan los disparos de un paco. Centelles se pone a cubierto y desde la puerta de Telefónica fotografía un Guardia de Asalto apuntando en la dirección de dónde vienen los tiros. Al fondo de la imagen, una valla publicitaria cierra el solar donde, en unos años, se edificará el Banco de España.
(Agustí Centelles/Arxiu Centelles-Ricard Martínez)
(Agustí Centelles/Arxiu Centelles-Ricard Martínez)
Centelles sigue a cubierto. Han salido unos Guardias del edificio. Están mirando de donde salen los disparos. Al fondo, se puede ver la iglesia de Santa Anna. La quemarían en unas horas.
La sombra en el suelo ha permitido averiguar que estas fotos están tomadas sobre las diez de la mañana.
(Agustí Centelles/Arxiu Centelles-Ricard Martínez)
La sombra en el suelo ha permitido averiguar que estas fotos están tomadas sobre las diez de la mañana.
(Agustí Centelles/Arxiu Centelles-Ricard Martínez)
Centelles deja a estos guardias discutiendo y sube a la primera planta. Allí fotografía a los defensores mientras simulan disparar sus armas desde las ventanas. En las piedras de la plaza aún quedan los balazos que estos hombres dejaron cuando no estaban posando. Estas fotos que tomó a la puerta del edificio son las primeras de la Guerra Civil.
Agradecemos la colaboración del Arxiu Centelles, que nos ha permitido utilizar las imágenes de Agustí Centelles para realizar este estudio.