(c) Gustavo Germano
Hace ya unos años, Ignacio Echebarría me pasó unas fotocopias con un texto de la escritora chilena Nelly Richard. Lo hizo a propósito del trabajo que entonces empezaba sobre los bombardeos de Barcelona. Al ponerme en este blog, había pensado hacer una entrada con algunas de esas fotos acompañadas por el texto de Richard. Ahora encuentro apropiado que esas palabras ilustren el trabajo de Gustavo Germano.
La presencia del recuerdo de la ausencia
Rastrear, socavar, desenterrar las huellas del pasado son las acciones que han realizado sin cesar las agrupaciones de derechos humanos, desafiando la siniestra astucia de un poder que borró las pruebas – los restos – de su criminalidad para poner su actos a salvo de cualquier verificación material. Rastrear, socavar, desenterrar, marcan la voluntad de hacer aparecer los trozos de cuerpos y de verdad que faltan para juntar así una prueba que complete finalmente lo incompletado por la justicia.
Los restos de los desaparecidos – los restos del pasado desaparecido – deben ser primero descubiertos (des-encubiertos) y luego asimilados, es decir, reinsertados en una narración biográfica e histórica que admita su prueba y teja alrededor de ella coexistencias de sentidos
(…)
No se trata, entonces, de dar vuelta la mirada hacia el pasado de la dictadura para grabar la imagen contemplativa de lo padecido y lo resistido en un presente en el que esa imagen se incruste míticamente como recuerdo, sino de abrir fisuras en los bloques de sentido que la historia creía haber cerrado como pasados y finitos, para quebrar sus verdades unilaterales con los pliegues y los dobleces de la interrogación crítica.
Donde se conjuga lo más dramático de la memoria del pasado es en la doble narración cruzada de los detenidos-desaparecidos y de sus familiares que luchan contra la desaparición del cuerpo, teniendo que producir incesantemente la aparición social del recuerdo de esa desaparición. El compromiso con el recuerdo es la clave central de las elaboraciones simbólicas de los familiares de las víctimas que, frente a la ausencia del cuerpo, deben prolongar la memoria de su imagen para mantener vivo el recuerdo del ausente y no hacerlo “desaparecer” una segunda vez mediante el olvido. El sufrimiento del recuerdo es utilizado para dar vida a la muerte: la obsesividad fija del recuerdo no puede dejar de repetirse porque su esfumación duplicaría la violencia de la primera tachadura de identidad ejecutada por la desaparición, haciendo que ambas sean cómplices de una supresión total (en el espacio y en el tiempo) de los rastros del sujeto. Es “de vida o muerte”, entonces, que perdure el recuerdo en la memoria de los familiares de las víctimas. Por eso la inagotable recordación del suceso traumático que reitera la pérdida, que la vuelve a marcar, contradiciendo así - por saturación - la ausencia de huellas con la que el mecanismo social y político de la desaparición ejecutó la supresión material de los cuerpos; por eso la mutilación de los acto simbólicos del acordarse que re-definen el recuerdo contra la indefinición de la muerte sin certeza, por eso la voluntad de actualización de la memoria contra la desmemoria de la actualidad mediante una letanía reiterada al infinito como un canto monocorde que, en su repetición, pretende exorcizar del olvido al nombre invocado.
Nelly Richard. La cita de la violencia: rutina oficial y convulsiones del sentido. Publicado en Residuos y metáforas; ensayos de crítica cultural sobre el Chile de la Transición. Santiago, Cuarto Propio, 1998.
(c) Gustavo Germano
Cuesta escribir algo ante Ausencias, el trabajo de Gustavo Germano sobre las desapariciones de ciudadanos ejecutadas por el Estado Argentino. Sus fotos son como arrojar un bote de pintura sobre el ser invisible que acompaña constantemente a las figuras de los que han quedado.
Estremecedor el trabajo de Germano. Igual que el del también argentino Marcelo Brodsky sobre el mismo tema:
ResponderEliminarhttp://www.zonezero.com/exposiciones/fotografos/brodsky/defaultsp.html
Oscar,
ResponderEliminarMuchas gracias. El trabajo de Brodsky es descarnado.
La brutalidad de la ausencia plasmada por su misma simplicidad. Impresionante.
ResponderEliminarYo creo que estos trabajos impactan por la sencillez y eficacia con las que actúan ante un hecho tan brutal
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